Cuento: El molino
El molino
«Aspiró el aroma a humedad y miró el molino con rabia. Aquella
construcción no había traído más que desgracias a su familia y, en especial, a
ella. Como odiaba aquel sitio.
Suspiró al llegar hasta el molino lleno ramas y arbustos.
Frunció sus labios y golpeó la madera podrida:
―¡Desaparece de una vez por todas! ―Su ira fue lo
suficientemente grande para desencajar la rueda y botarla. Está cayó con un
estruendo sobre el río y los árboles comenzaron a danzar con furia. La muchacha
se asustó. Los árboles encolerizados por ser despertados, arremetieron contra
ella, al igual que las aguas del río. La mujer huyó lo más rápido de allí».
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