Poema: Cariño.
Hola linda gente. Hoy —sí, hoy nuevamente—
les traigo un poema que escribí hace unas horas.
Puedo decir que he estado con más inspiración,
pero eso no quiere decir que subiré una entrada todos los días; está semana ha
sido especial… ¿La razón? No tengo ni idea, solo que he sido golpeada
—literalmente— por la inspiración. Tengo ganas de escribir y escribir, pero me
cuesta un poco hilar las ideas, por ello debo aprovechar el momento.
«Cariño», es un poema raro ¿por qué? Porque la forma en que está escrito lo es; ya se darán cuenta. Además, puedo decir que
mientras lo escribía me reía sola, porque quería escribir más versos, más palabras;
pero al final me dije:—para otro será —.
De verdad ¡disfrútenlo!
Denle clic a: seguir leyendo, ya que el poema es un poco largo.
Cariño,
¿cuál
crees qué es su
verdadero
significado?
¿Del
por qué te digo así?
Cariño,
eres una margarita
que
crece en la hierba,
suave
y aromática.
Y
te meces con coquetería.
Cariño,
¿Cuántas
veces te lo he dicho?
¿Cuántas
veces lo he pensado?
¿Quieres
saber el por qué te digo así?
Cariño,
vienes desde lejos
sin
rumbo alguno.
Vienes
sonriendo cuan pensamiento;
la
variedad te representa.
Cariño,
tú te inclinas
y
tus ojos se cierran y abren;
tus
pestañas aletean
como
el viento de primavera.
Cariño
eres la luz,
pero
al mismo tiempo,
eres
la oscuridad
de
mi corazón.
Cariño,
tu voz resuena
y
el tiempo pareciera que se detiene…
Se
suspende.
Y
tú solo sonríes.
Cariño,
tus
gestos te delatan.
Intentas
pasar desapercibido,
pero
te noto a la distancia.
Cariño,
sonríes
y el mundo se desplaza.
Cariño,
ríes
y el mundo se detiene.
Cariño,
tus
expresiones se forman,
te
transforman en
ese
alguien especial.
Cariño,
eres
el suspiro de mi corazón,
pero
también,
su
llanto.
Cariño,
¿y
aún te lo sigues preguntando?
Sí
supieras la verdad,
¿cuán
hermosa sonrisa me mostrarías?
Cariño,
quiero
decírtelo,
quiero
gritártelo…
Quiero
susurrártelo.
¡Cariño!
El
día amanece,
la
tarde se pierde y
la
noche nace.
Cariño…
¿Sabes
lo qué significas para mí?
Lo
sabes ¿no?
Sé
que lo sabes.
Cariño,
eres
«esto»,
y
«esto» otro…
Y
«eso» que viene allá.
Cariño,
quiero
dejar de rodeos,
pero
no puedo.
Mi
mente no me lo permite.
Cariño,
quiero
que lo digas tú,
con
tu voz y tus palabras…
Con
«ese» algo que tienes.
Cariño,
¡vamos,
dilo!
Sé
que puedes decirlo,
porque
sé que lo sabes.
Cariño:
¿Sabes
por qué te digo cariño?
¡Vamos
que son solo dos palabras!
Solo
dos palabras…
Nos vemos en otra ocasión.
La imagen no me pertenece, solo la tomé
prestada y modifique un poco.
¡Saludos!
Nos leemos en una próxima entrada.
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